Una cucharadita de sol
Extraño una cucharadita de sol
cálida como un beso en la mejilla
fresca como el despertar en casa después de un largo viaje
y que trae paz, como ver a niños jugando
en algún parque.
Un parque que se siente como un recuerdo lejano
y sus verdes colores, como un mito.
Ahora miro por la ventana,
como un niño ve la vitrina de una dulcería.
Pero, aunque los días pierdan sentido
la casa vuelve a ser un hogar,
que por la mañana tiene los olores del café
y por la tarde los de algún pastel.
Volvemos a reír juntos
– aunque las cosas no estén bien –
me vuelvo a sentir yo
– aunque por las noches me embriague de recuerdos –
Así que no queda más que esperar
por una cucharadita de sol
y a que pase lo peor.