Hace tiempo terminé Project Hail Mary de Andy Weir y tenía ganas de escribir sobre él.
La premisa es sencilla: un hombre despierta en una nave sin recordar quién es ni qué está haciendo ahí. Está solo, sus compañeros están muertos y, poco a poco, se da cuenta de que su misión es salvar a la humanidad. La historia sigue un formato de descubrimiento progresivo, donde tanto el personaje como el lector van entendiendo juntos qué está pasando. La amnesia es un recurso narrativo que puede ser un cliché si no se usa bien, pero aquí funciona porque le da a la historia un ritmo muy envolvente.
Algo que me gustó bastante es que el protagonista no es el típico héroe de ciencia ficción. No es el astronauta valiente y perfecto que ya lo sabe todo. Es más bien un tipo común que se enfrenta a una situación extraordinaria con lo único que tiene: su conocimiento científico. Me recordó mucho a The Martian (bueno, solo he visto la película, pero se siente el mismo tipo de protagonista). Es ciencia ficción que no intenta ser súper filosófica o revolucionaria, sino que busca entretenerte y hacerte sentir que todo lo que sucede podría ser posible.
Sobre la ciencia, Andy Weir tiene una habilidad impresionante para explicarte cosas complejas sin que se sientan pesadas. No es ciencia ficción dura en el sentido clásico, pero sí hay suficientes detalles técnicos para que todo parezca realista. Desde el problema que amenaza a la humanidad hasta las soluciones espaciales y la forma en que el protagonista resuelve cada obstáculo, todo está lleno de datos científicos que logran que te creas la historia sin sentirte en una clase de física avanzada.
También hay un giro interesante en la trama que no quiero spoilear demasiado, pero involucra el descubrimiento de una nueva forma de vida inteligente. Lo que me gustó es que no es el clásico alien humanoide con el que puedes hablar desde el primer momento. La manera en que se desarrolla esa relación es uno de los puntos más fuertes del libro y le da un toque extra de originalidad.
Si tengo que decir algo que podría no gustarle a algunas personas, es el protagonista. No a todos les va a caer bien. Es un personaje con mucha energía, mucho monólogo interno y un humor que puede sentirse repetitivo si no conectas con él. A mí no me molestó, pero entiendo que puede no ser del agrado de todos.
No creo que el libro tenga un mensaje profundo. No es de esos que te hacen cuestionar la existencia o replantearte el futuro de la humanidad. Sí toca temas como la cooperación global, la importancia de la ciencia y el sacrificio, pero nunca de manera demasiado profunda. Y no creo que eso sea un problema. No todos los libros tienen que cambiarte la vida; algunos solo tienen que ser divertidos.
En cuanto a a quién se lo recomendaría, creo que es perfecto para alguien que disfruta la ciencia ficción pero no quiere meterse en cosas muy densas como Fundación o Dune. Es un libro rápido, fácil de leer, con buena ciencia y un ritmo que no te suelta. Si te gusta cuando las historias tienen un montón de explicaciones científicas pero sin sentirse como un manual técnico, este libro es para ti. Si por el contrario te aburren los detalles científicos, tal vez no sea la mejor opción porque Andy Weir sí dedica bastante espacio a explicar cómo funcionan las cosas.
Definitivamente lo volvería a leer. No porque tenga misterios ocultos que necesiten una segunda lectura, sino porque lo disfruté lo suficiente como para querer revivir la experiencia en unos años, cuando ya haya olvidado algunos detalles. También me dejó con ganas de leer The Martian y Artemis, así que probablemente esos sean los siguientes en mi lista.